Trexx

Trexx 2019-11-17 El pasado domingo nuestro querido amigo TREXX nos dejó

Has dejado una huella imborrable en RIVANIMAL...
Has significado mucho para esta gran familia animalista y te vamos a echar mucho de menos. No tenemos palabras para mostrar la tristeza que tenemos...

Queremos mostrar la despedida que nuestra socia y voluntaria Maribel ha escrito para él. Nunca podremos olvidarte TREXX!!!

Como voluntaria, creo que mi sentir es el de la mayoría de voluntarios que hemos compartido con él muchas horas y momentos.

Pero, en esta ocasión, permitidme que me dirija a él en primera persona, de tú a tú, como nosotros siempre lo hemos hecho.

Llegaste a Rivanimal muy débil, aquejado de muchas secuelas de esta terrible enfermedad, la leishmania, la cual se puede prevenir y que tú contrajiste por la falta de cuidados y la tenencia irresponsable de aquel que te crió.

Aún más secuelas traías en tu espíritu y esas sí que son difíciles de curar y de olvidar... No confiabas en el ser humano y te mostrabas distante y aislado. Poco a poco, fuiste ganando en salud y confianza. Aunque hay secuelas que permanecen para siempre... Algunas de las cuales, las físicas, te han arrebatado hoy de nuestro lado.

Aquel perrito tímido y desconfiado quedó en el olvido y dió paso al gran perro que hoy lloramos.
Grande en tamaño, en belleza, grande en bondad, en paciencia, en espíritu de súperacion, en valentía, en compañerismo.
Grande en nobleza, luchador hasta en los últimos minutos.

Siento un gran dolor, pero no es un vacío. Te siento cerca y formarás parte de mi vida para siempre...

Pero Trexxito, ¡¡No te creas que voy a contar sólo tus cosas buenas!!
Eso sólo lo hacemos, a veces, los humanos cuando alguien nos deja para siempre. Y tú, ¡¡tú no nos has dejado!!, por el contrario, permanecerás siempre vivo en mi corazón y en mi memoria. También tengo que recordarte lo cabezota que eras; pero, ¡cabezota!, ¡¡cabezota!!
O las veces que te ponías a jugar como un cachorro grande y te venías arriba en un minuto. O las que me tirabas del pantalón, ¡¡hasta dejarme casi en pelotas!!, ahora me río... pero vaya, vaya... las hazañas que hemos pasado juntos...

Me has enseñado a vencer mis miedos, como tú vencías los tuyos. A mostrarme a ti despacito, a tu ritmo, a respetarte y a respetarnos. Contigo he conocido el sentido más puro de la amistad. Siempre me has demostrado tu amor incondicional y tu sincero agradecimiento...

Ayer te apagaste sin sufrir, trasmitiendo mucha paz y sin darnos casi cuenta... y fue entonces cuando sentí que ¡¡ya estabas corriendo por el cielo!!, con tus amigos los caballos, las vacas y otros muchos perros... Por esos prados que tanto te gustaba descubrir. Estoy segura de que ya eres libre , como siempre has querido e inmensamente feliz, como te mereces.

Espérame, mi amado trexxito, hasta el día en que volvamos a achucharnos y nos echaremos una cabezada en mitad del paseo, como tanto te gustaba... Y se volverán a cruzar nuestros ojos, con esa mirada pura que sólo tú tienes.

Has sido un ángel y ahora eres un ángel de la Guarda más, velando por todos nosotros.

Te quiero y no te olvidaré jamás.